Blog de Valentina Oropeza
Bananas that float
Conocí a Montserrat Barrios el día que comenzó a trabajar como bioanalista en el Centro para Estudios de Malaria de la UCV. Tenía 24 años y estaba por graduarse. Se ocuparía de diagnosticar a los pacientes con paludismo que llegaran al laboratorio, unos 50 por día para entonces, en septiembre de 2018.
El doctor Oscar Noya, director del laboratorio, le dijo que me explicara cómo hacían el diagnóstico. Montse le pinchó el lóbulo de la oreja al primer paciente, y pegó un portaobjeto al orificio para recoger una muestra de la sangre. El parásito Plasmodium se reproduce en los glóbulos rojos, por eso debía buscarlo en la sangre. Puso la muestra en el microscopio y brincó de la silla. El paciente tenía Plasmodium falciparum, la versión del parásito que mata.
Pegué los ojos al microscopio, ajusté un poco el lente, y vi unas formas oscuras, como cambures que flotaban, iguales a los dibujos que colgaban en las paredes del laboratorio. Miré a Montse con los ojos como dos platos. “¿Viste qué emocionante?”, me dijo. Empecé a ir todos los días al laboratorio que fundó el doctor Arnoldo Gabaldón en los setenta, cuando se retiró después de haber eliminado la malaria en Venezuela. Lo hice durante tres meses. En Prodavinci me rebautizaron falciparum.
En un viaje al sur de Venezuela, el mayor foco de malaria de América, un microscopista que trabajaba en las minas de oro nos mostró ese sombrero de la foto. Era de aluminio, creo. El servicio que fundó Gabaldón le daba esos sombreros a sus visitadores rurales para que fueran al campo a darle quinina a los enfermos. Con ese sombrero se protegían del sol y de accidentes, lo usaban como plato para comer y después lo lavaban en el río. Incluso espantaban a los perros que los asediaban en el camino con el sombrero.
La Sociedad Interamericana de Prensa reconoció estas historias con el premio a la excelencia periodística en la categoría de salud y el Premio Roche lo hizo con una mención de honor en la categoría de periodismo de soluciones, ambos en 2020.
Un equipo de 16 personas de Prodavinci y Roberto Mata Taller de Fotografía trabajamos en ello. La tarea más ardua la hicieron Montse y todos los médicos, bioanalistas y microscopistas que nos dieron confianza y acceso. A ellos, que luchan contra la malaria mientras la pandemia de coronavirus los requiere, los aplaudimos. Estos premios son para ustedes.